El primer paso para evaluar la huella de cualquier actividad industrial es un inventario de emisiones, también conocido como IE. El inventario se redacta cuidadosamente para incluir todas las fuentes potenciales de emisiones junto con los controles implementados y proporcionar un análisis cuantitativo de la huella de la actividad. La huella se puede calcular en base a datos reales, así como datos estimados, y puede evaluar el impacto real o potencial que tendrá la actividad en los receptores sensibles cercanos.
Se pueden usar muchas metodologías diferentes para crear un IE omnicomprensivo que puede incluir emisiones fugitivas y no fugitivas de partículas suspendidas en el aire, así como gases, vapores y las demás sustancias químicas liberadas en la atmósfera con el potencial de tener un impacto significativo y duradero en el medio ambiente.
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